Una fiebre que no cedía, pensar primero en un resfrío común, luego en una otitis para descubrir que una Leucemia Mieloide muy aguda tocaba a nuestra puerta.

En horas, pasar a entender todo un lenguaje diferente! Glóbulos blancos, rojos, plaquetas, médula ósea, trasplante.

Un día estás dando tu vuelto a las Fundaciones que cobijan a los niños con cáncer y al día siguiente es tu único hijo el que necesita toda la ayuda. Lloras, te secas las lágrimas para volver a llorar. Empiezas a coexistir con una serie de injusticias y sin sentido: pagar IVA para traer el injerto que puede salvar su vida, licencias médicas rechazadas y peritajes médicos que más parecen un reproche a tu condición de mujer y madre.

Qué haces con el trabajo? Podrán entender lo que estás viviendo? Cómo estar con tu hijo todo el tiempo sin comprometer tu estabilidad laboral? De tu trabajo dependen las posibilidades de vida de tu hijo, la posibilidad de mantener tu previsión de salud y que pueda recibir tratamiento.

Cómo te rearmas? Cómo haces frente a tu nueva vida? Todas interrogantes que poco a poco aprendes a sobrellevar: te conviertes en una #Oncomamá y como tal, todo lo puedes!.

Testimonio de Evelyn Castillo madre de Joaquín Contreras, Santiaguino, 12 años.