Alejandro dejó de mover su brazo izquierdo, malo para comer, pálido y había dormido mal, lo llevamos a urgencia y la doctora me pidió un hemograma y me dijo… sabe mamá, su hijo tiene anemia, pero de una forma peligrosa, están muy bajos sus niveles, tiene que quedarse obligatoriamente en UCI pediátrica, con transfusión de sangre.

Al otro día llegó un doctor con un mielograma, nos dijo que tenía malas noticias… mi hijo tenía leucemia o cáncer ramificado en todo su cuerpo. Ahí me derrumbé, el dolor más grande sentí sobre mis hombros, desde ese momento mi vida cambió, mi hijo cambió, mi familia cambió. Vino cambio de casa, ciudad, de rutinas, y de clínica, llegamos a la católica y ahí se afirmó era leucemia mieloide aguda, desde ahí comienza la lucha entre quimios, transfusiones, pinchazos y estados neutropénicos, bacterias, aislamiento que mi pequeño logró pasar. Ya a un año y siete meses del diagnóstico, hoy estamos en seguimiento con exámenes, pero bien ya en una vida normal y viviendo un día a la vez aprovechando lo simple de la vida, que es simplemente vivir!.

Testimonio de Johanna Tabilo madre de Alejandro Mateo Campos, Quillota, Leucemia Mieloide Aguda.