Todo comenzó un día antes del día del Padre del 2014, acudimos al pediatra de Felipito por los dolores musculares que presentaba, nos dijo que en una semana pasaría. No nos quedamos tranquilos con lo que escuchamos, así que acudimos a otro especialista quien nos mandó realizarle exámenes de sangre los resultados leucemia linfoblástica a sus cortos 15 meses.

Nuestro mundo dio un giro de 360 grados, pasaron los 6 meses entre quimioterapias, punciones e intratecales, pensábamos que lo peor ya había pasado, pero Felipito después de catorce meses de mantención tuvo su recaída en marzo del 2016, todo comenzaba de cero nuevamente, dos bloques fuertes de quimioterapias, 8 radioterapias a todo el cuerpo era parte de lo que tendríamos que vivir. Lo urgente y difícil ahora era encontrar el donante de médula ya que comprarla en Chile significaba varios millones de pesos.

Mi hija Ale de 5 años tuvo que hacerse el examen para saber si era compatible, luego de una semana de espera Dios respondía nuestras oraciones era 100% compatible, un nuevo capítulo comenzaba a escribirse en nuestras vidas, estábamos más unidos que nunca para salir adelante junto a nuestro niño.

Hoy ya pasaron 9 meses del trasplante, mi Felipe está a días de cumplir 4 años vemos como Dios nos habla con cada una de sus sonrisas, los tiempos de Dios son perfectos y nuestra fe sigue intacta. Confiamos que Dios seguirá teniéndolo en la palma de sus manos.

Testimonio de Ruth Asín, mamá de Felipe Canales.