Fiebre prolongada, molestia para caminar y decaimiento fueron los síntomas gatillante para ir por atención médica. Dos semanas de diagnósticos erróneos; resfrío, otitis y finalmente sinovitis transitoria. Mientras los traumatólogos de urgencia daban de alta a mi hija con paracetamol, ya que tenía “maña” y por eso no quería caminar, un sentimiento profundo me invadía de que algo no andaba bien y me llevó a exigir un hemograma. A los pocos minutos todos nos buscaban, números elevadísimos mostraban que nos enfrentábamos a una leucemia o aplasia medular. Fueron intensos cuatro días en donde exámenes demostraron que se trataba de una LLAB, mientras digeríamos lo que pasaba, nuestra hija era sometida a mielogramas, postura de catéter e iniciaba tratamiento con quimioterapia.
Hoy Sofía a un año y un mes de iniciada la lucha y a pocos días de cumplir 4 años, es una niña feliz, inteligente que nos sorprende día a día.
Testimonio de Sandra Fará, madre de Sofía, Maipú Santiago, Leucemia Linfoblástica Aguda B.